Una vez conquistada la ley de voto femenino, Evita construyó una herramienta clave para concretar un gran salto adelante: el Partido Peronista Femenino, un despliegue territorial descomunal, y muy poco conocido, para “censar” a las mujeres, convocarlas a la vida política, lograr que voten por Perón y accedan a cargos de representación.
De este entramado territorial fueron pioneras un grupo de 24 delegadas censistas que en todo el territorio nacional salieron a hacer política. Eran mujeres de base, de clase media, maestras, trabajadoras, amas de casa, madres, esposas, abogadas, tangueras. “Todas pueden serlo menos las aristócratas y burguesas por tener una vida vacía, fácil y sin objetivos”. Elena fue la encargada de convocar a las mujeres de Misiones a la militancia peronista.
Todas trabajaban bajo el mandato que les había dado Evita: organizarse alrededor de la doctrina y la causa peronista; hacer un partido independiente del de los hombres; consolidar la unidad y trabajar en torno a los derechos de las mujeres. Tener en claro que: “Sólo las mujeres salvarán a las mujeres”.
Las delegadas eran amigas y confidentes de Evita. Constituían “un ejército de Evitas”, para algunos. O eran “Las espías de los barrios”, según los opositores. Porque esas mujeres le informaban todos los domingos por teléfono a Evita cada uno de sus movimientos políticos.
A caballo, en bote, en autos con megáfonos, en carros o gastando las suelas de los zapatos, las delegadas censistas hicieron una tarea titánica: en 1951 existían en todo el país 3600 unidades básicas, tantas como sub-delegadas a cargo.
Todas ellas agitaron la candidatura de Evita a la Vicepresidencia para las elecciones de 1951. Y aunque no lo lograron, cuando las mujeres argentinas votamos por primera vez, fueron 26 las diputadas y 6 las senadoras nacionales electas, entre muchas más que ocuparon cargos políticos. En la provincia de Misiones, el 70,79% de las mujeres votaron por el peronismo, superando ampliamente la media nacional.
La labor parlamentaria de las primeras mujeres legisladoras de la patria fue intensa. Presentaron miles de proyectos de leyes orientadas a todos los temas, pero siempre privilegiando la ampliación de derechos de las mujeres, lxs trabajadores, lxs humildes, lxs niñes y lxs ancianxs.
A partir del golpe de Estado que derrocó a Perón en 1955, las mujeres del Partido Peronista Femenino fueron perseguidas y encarceladas. Acusadas de “traición a la patria”, “fanática peronista”, “asociación y enriquecimiento ilícito”. Tal fue la embestida, que muchas de sus historias se perdieron.
Hoy, a casi setenta años de la primera vez que las mujeres votamos y fuimos elegidas, es muy poco lo que sabemos de ellas ni cómo fue que protagonizaron una experiencia política inédita en el mundo. Por ello, es necesario y urgente, recuperar estos fragmentos perdidos de peronismo y conquistar el primer feriado nacional, feminista y popular.